El desarrollo de la economía, determina la red de contactos entre las ciudades, la urbanización, la construcción de nuevos edificios, el mantenimiento es uno de los indicios de ciudad como nodo estratégico en el intercambio de comercio, cultura, decisiones políticas.
Es poco probable sindicar una determina localización o un determinado país como el de mayor injerencia en asuntos de orden mundial, aunque sí se puede indicar desde donde prefieren los cultores de las propuestas que afectan al mundo, prefieren como centro de operaciones o como lugar de emisión de los procesos puestos en marcha.
El término ciudad global, un concepto que nace en 1991,se introduce con la economista Saskia Sassen, también socióloga, postula que el espacio geográfico donde tienen lugar los negocios indican una ciudad global.
Tal concepto, parece tener vigencia bajo indicadores muy precisos, no así respecto a los negocios mismos, ya que desde la teoría del caos, si algo ha demostrado la tecnología, es que la mariposa puede aletear sus alas en cualquier lugar, y no siempre indica que llueve en el mismo lugar.
Podría decirse que el producto de las transacciones tiene ciudades preferenciales, pero en mi opinión tiene más que ver con las inversiones en el país, con su historia, que otra cosa, pues si de la definición pura dependiera, Roma sería actualmente la capital del mundo.
Prefiero hablar de Ciudad integral. Actualmente es muy difícil sobrevivir con economías locales, las complejidades se han vuelto globales también, y no es posible permanecer inmóvil mientras el mundo gira.
En los procesos de la tecnología es donde más se nota el fenómeno, no es posible si quiera mantener una ciudad sin el correspondiente mantenimiento, y para ello, la ciudad, debe aportar lo que económicamente sea necesario para activarlas.
Mientras los economistas, que sólo contemplan la visión económica, indican a ciudades como Nueva York, Tokio y Londres, como las de preferencia entre las que se usan para transacciones de negocios, tomando este factor como el primordial, sin dejar de lado que es el factor que pondrá en marcha la política, la cultura y cualquiera de los aspectos sociales.
Estamos acostumbrados a percibir estas ciudades como aptas para la actividad económica por considerarlas seguras, civilizadas, y con conexiones que las relacionan históricamente.
Sin embargo, la situación que si bien se plantea en esas ciudades, se ven obligadas a no perder de vista los grandes bloques socioeconómicos que se integran entre sí, para desde cierto punto de vista intervenir en las decisiones mundiales; aquello que se trata en dichas ciudades, en cualquiera de los proyectos que se deseen imponer al mundo, tiene que tener en cuenta al bloque formado por Latinoamérica, por oriente, por el mundo musulmán, aspectos que no se pueden individualizar en ciudades.
Cuando se habla de ciudades globales, la única visión es el número de empresas que deciden operar con sedes físicas. Pero si fuera el caso, el verdadero espacio para tal definición sería el virtual, la cantidad de empresas que manejan el mundo fuera de la lógica del mundo real, es virtual, la localización ha pasado a ser del orden político, baste dar como ejemplo que hay una importante sede en Perú de la empresa más exitosa de todos los tiempos, Google, siendo un país que queda fuera de la lógica planteada por la socióloga.
Para portar el nombre de ciudad global, los factores de definición incluyen aspectos de cantidad de sedes de grandes empresas, nivel de capacitación en las universidades, conexión con otras ciudades, pertinencia en los mercados de todo tipo, recursos humanos calificados, y cubrir los servicios necesarios para su desarrollo. Todas condiciones que cumple cualquiera sean la empresa o ciudad donde Google decide asentar bases.
Lo que subyace en el concepto, en realidad, es que la sumisión del poder, frente a las consideraciones globales, se encuentra en manos de personas que viven o nacieron en esas ciudades, pero en la realidad de los negocios es característica insuficiente.
Al propósito de las definiciones parece mejor orientarse en el sentido de integración, hay razones que no son meramente económicas para que una ciudad comience a significar algo en el proceso de relacionar la ciudad en un sentido de globalidad.
Casi que los nombres de países mismo, o de ciudades, son insuficientes para definir el fenómeno, muchos señalas a Nueva York como la capital del mundo, como si fuera que desde allí se maneja el poder económico, cuando parece más adecuado indicar que es más el poder político, relacionado con la Casa Blanca el que administra el escenario internacional económico, con actores en el escenario de diversas nacionalidades.
Hablar de ciudades, como concepto de economía, parece insuficiente.
Según una visión reduccionista, a cualquiera le parece obvio que la ciudad de Nueva York, tiene más relevancia que ciudades como Lima, en Perú, sin embargo, como indiqué, si es por calidad de empresas exitosas, ambas se relacionan por tener una sede de la más importante del mundo, Google.
Parece que no existe aún un concepto u orientación sobre el orden de los factores que pueden definir a una ciudad como de preponderancia fundamental, mucho menos implicar la palabra global.
La teoría del Caos, sigue vigente, podría un mosquito picar a una persona en África y afectar la bolsa en Tokio, aunque muchos estarán de acuerdo que cualquier país de África no compite como ciudad de relevancia para el poder económico, según el concepto de ciudad global.
Más bien debería empezar a hablarse de ciudades integradas, teniendo en cuenta que las fronteras, son bastante complejas de determinar, las fronteras políticas son conceptos que tienen de desaparecer, la Comunidad Europea, habrá tenido problemas, pero cuando la historia juzgue ese proceso encontrará que la integración ha favorecido mucho más que las cuestiones negativas como la burbuja inmobiliaria, y que por lo mismo, la situación real es que del mismo modo en que se cayó en ese efecto, juntos es más fácil salir de él.
Aunque los flujos financieros parecen dominar el mundo, aún hay otra visión geopolítica que se desarrolla en otros ámbitos, como es el virtual, sin fronteras, sin la definición de ciudad como límite físico.