La percepción de las ciudades tiene que ver directamente con la experiencia personal en ella, por el contrario, la realidad de la ciudad está más supeditada a las estadísticas, sobre todo al índice de criminalística, que es el cáncer de las ciudades y el sello que transmiten en el imaginario general.
Mientras, la ciudad tiene voces que intentan hablar por ella, el arte urbano, el arte popular, el que está en las calles, impreso en sus paredes, incluso en algunos trenes, en el subterráneo.
La expresión que circula es la enunciación de los audaces que toman la voz del rumor, del sentido, de la disconformidad.
Mensajes a veces crípticos de una ciudad que presenta espacios interesantes para determinadas manifestaciones de la estética, de la política, de la sociedad.
Este mismo espíritu que ahora se expresa en las redes sociales, con personajes como los Memes, videos, imágenes de grafitis que se difunden ahora por el mundo, anuncios interesantes, bellos, sarcásticos, irónicos, que a veces surgen de la experiencia personal pero encuentra eco en centenares o miles de destinos que los comparten, ahora usando recursos digitales.
La ciudad está siendo narrada desde sus paredes, a la que se le suma el color, la textura, arte de letristas, en forma y contenido.
El fenómeno de la ciudad narrada, a través del grafiti, ha ido mutando desde lo prohibido al arte urbano y popular.
La ciudad ya no se resiste y acepta este sello que le da otra personalidad, lienzo de paredes que devela notas, ingredientes del arte que manifiesta sensaciones de los habitantes, ya sea por quejas, por propuestas o inspiración, el grafiti es una forma de expresión global, que aporta a la personalidad de las ciudades.
Bajo la interesante perspectiva de dar cuenta de una genuina forma de expresión popular, algunos gobiernos han realizado concursos de grafiti, y con esta maniobra, convertir una forma de queja en una forma de arte.
La peculiaridad de esta forma de intervención en las ciudades ha provisto a su vez de una característica urbana impensada, la conversión de la arquitectura a formas intrusas que mutan su sentido.
El grafiti, aporta su cuota de color, luces y sombras, más allá de los planos que la arquitectura propone, interviene en las paredes pero impacta con sus efectos sobre el espacio y sobre las personas que lo circundan.
El grafiti ha dejado de ser secreto, inofensivo y casual, para convertirse en una de las formas más difundidas de narrar las ciudades.