Las ciudades son el principal actor que afecta el cambio climático, las emisiones de gases, el continuo crecimiento en el uso de energías no renovables, y la hacinación, son algunos de los problemas que quedan pendientes en la ciudad del futuro.
La realidad es que las ciudades van tomando espacio, recursos y ya no es posible controlarlas a escala humana.
Lo que antes se diseñaba en forma individual, edificios, casas, hasta barrios o incluso complejos departamentales, son ahora una parte del problema, al no tener en cuenta el entorno y el crecimiento, el uso o desperdicio de recursos, las fuentes de reserva y las emisiones, son un conjunto de relaciones con el medio ambiente que la arquitectura de las ciudades del futuro tendrán que tener en cuenta.
Entre los problemas, no sólo se debe tener en cuenta lo que ocurre en la ciudad, sino el dinamismo de transporte y todo lo necesario para la actividad que se desarrolle en esa ciudad, comercio, alimentos, entretenimientos, la huella del carbono no se da solamente en las ciudades, sino que se mueve entre ciudades.
Hay en el mundo esfuerzos aislados en la propuestas de edificios ecológicos y sustentables, lo que implica que cuenta con estrategias para combatir las altas emisiones nocivas, con mecanismos para autoabastecerse de parte de sus necesidades en mantenimiento, como de ahorro de energía, pero estos proyectos inmersos en un ambiente que no colabora, no alcanza a subsanar los problemas que las grandes ciudades provocan en el cambio del clima con sus emisiones.
Por el momento, algunas grandes ciudades están afinando los métodos para conocer el estado real de sanidad de las ciudades, en el camino de proveer un método para combatirlas.
Ya hay propuestas de incluir plazas, veredas y grandes espacios verdes dentro de la política de sustentable, que se provea de tecnología a estos espacios para ahorrar energía, en algún caso generarla, como por ejemplo con paneles solares, incluir artefactos de control de emisiones, e incluso de emitir alertas sobre el estado de polución y su método correspondiente para controlarla, de modo que automáticamente el espacio vaya regulando su propia salud.
Esta preocupación se enfrenta a su vez a la mayor crisis inmobiliaria global que se conozca, entre la burbuja inmobiliaria en Europa, la situación en argentina, y en general los mismos problemas en Estados Unidos, la crisis de la vivienda no deja mucho espacio para las iniciativas en cuanto el cuidado del medio ambiente.
Lo urgente no deja espacio a lo inmediato, sin embargo, los cambios climáticos nos están dando graves advertencias, esperamos que los países que puedan darse el lujo de atacar el problema encuentren pronta solución y que la misma sea transportable a países que no cuentan con la tecnología para implementar una ciudad que, cada vez más, escapa a la escala humana.