La burbuja inmobiliaria provoca efectos secundarios, cualquiera con una propiedad arma un sitio para atendión turística sin tener la menor idea de cómo se lleva adelante un servicio de hotel.
El último tramo de este viaje que forma parte del proyecto Turismo Cultural en Europa, sería en Roma, ciudad a la que no hay que explicar.
El viajero que busca las mejores experiencias culturales que una ciudad pueda ofrecerle, no tarda en darse cuenta que la situación no depende solamente de los lugares que se tienen en la guía del pequeño turista ilustrado, sino que incluye, en forma grotesca, a veces, dónde pasará su estadía, entre otros aspectos.
La situación que nos hizo pasar este hotel y el trato con el dueño merece una nota particular, motivo del siguiente relato, con la esperanza brindar orientación a futuros viajeros para no caer en la trampa de la falsa publicidad.
En este hotel, desde la calificación de “hotel”, que es como figura en la información que el dueño ofrece a los medios, hasta todo lo demás, es falso.
El primer asunto es la ubicación. Tanto en Booking, como en Expedia, se puede comprobar, la información es falsa y engañosa.
Dice estar ubicado en plaza Trilussa, mientras que está a una cuadra de allí, en un espacio colector de basura, que huele nauseabundamente todo el día.
Esta información se indica en Booking:
Esta información muestra Google, proporcionada por el hotel, sobre su ubicación.
Plaza Trilussa
Esta es la imagen que publican en Booking:
Como se verá, es una foto del edificio evitando cuidadosamente la entrada e incluso el entorno.
Es de destacar que no se indica que fuera un Bed and Breakfast, indica hotel, y ese es el otro error, cuando ya se está en el lugar, el turista inocente descubre que ha contratado un servicio de cama y desayuno que en el concepto general implica que los servicios son a la buena o mala gana del dueño y que cualquier cosa se justificará bajo la consigna: el servicio es así.
Entre los detalles de descripción, se indica: “el desayuno se sirve..” lo que da la impresión que se ocupan de servirlo, pero no es así. El desayuno se lo tiene que hacer el propio pasajero, con implementos mínimos; la denominación “croissants”, es también como el servicio: es así. En la realidad es una mediluna rellena, empaquetada, artificial, tan lejos de un croissant, que como su mismo nombre describe, debería ser crocante, fresco, etc; como se pueda ser; desayuno pobre y mayormente incompleto, cuando no faltaba algo, yogurt, manteca, eclécticamente ausentes, además del pobre tamaño del café. Quien conozca el término “buchito”, un minúsculo vaso de plástico con un dedo de café, entenderá el “desayuno continental” redefinido de ese modo por su dueño, de nombre Claudio, que con sus servicios no era más que otra de las desagradables sorpresas que depararía en adelante la atención de este sitio.
Esta es la verdadera entrada al lugar:
A la izquierda del auto, pueden verse bolsas de basura. La basura es permanente, todo el día, resultaría imposible evacuar los fétidos olores que rodeaban el espacio del hotel, más adelante, podrá verse los alrededores del hotel en un video, con sólo la basura de unos minutos, luego que el camión recolector pasara.
Imaginen llegar a las once de la noche, a plaza Trilussa, sólo para comprobar que tal hotel no existe, para, con ayuda local, descubrir que hubiera sido imposible encontrarlo, pues no existía cartel alguno de su localización, y las referencias de dirección que provee el hotelero en los sitios en que se promueve es engañosa.
Aprovechamos la ocasión para agradecer a nuestra amiga en Roma, Delia, que con mejor conocimiento de la geografía, observó que la dirección del hotel debía estar en un timbre, este es el modo de enterarte que existe allí un hotel:
Ojalá las cosas quedaran solamente en los engaños del comienzo, pero es sólo la iniciación de la peor experiencia.
Imaginen que a las once de la noche, luego de un mes de viaje, usted lleva una considerable valija, cuyo peso ha ido en aumento a pesar de no haber cambiado su contenido, y se da con que un hotel que anuncia tener ascensor, es en realidad una “interpretación”, a lo que se suma la negación del dueño del hotel, medianamente joven y robusto a ayudar para subir las valijas.
Esto se extrae de lo informado a Booking
Ni hubo Wi FI, ni guardaequipajes, ni ascensor.
La ausencia de WI FI, era enojosa, sobre todo por el discurso de intimidación con que Claudio, el dueño, maltrataba a los hospedados ante al reclamo.
La ausencia de presencia alguna de personal del hotel fue la norma, estuvimos completamente desatendidas en todos los aspectos.
Desde negarse a subir las valijas por las escaleras, pues el ascensor, montacarga en realidad, estaba unos escalones más arriba de la entrada (ver filmaciones más abajo), hasta que ningunos de los servicios que solicitamos en la contratación fueron cumplidos.
Habíamos estipulado camas separadas, pero Claudio, el dueño, insistió en mostrarnos un papel de la agencia de contratación que indicaba matrimonio, cosa que se contradecía con nuestro papel de la reserva; luego el baño, debía ser privado, no estaba dentro de la habitación, sino que había que trasladarse 80 metros, por un pasillo, y usar una llave para entrar.
El mentado pasillo daba a otras habitaciones, lo que generó un tráfico extraño de gente que se desplazaba, envueltas en toallas, o en camisón, en paños menores y hasta presenciamos una persona desnuda, porque la situación del baño era realmente enojosa y ya harta de la incomodidad, algunas personas decidieron que el impudor era menos importante que resolver el acceso al baño.
En un caso que conocemos, la llave tenía juego para abrir, y llevaba minutos lograr abrir el baño, lo que resultó en un “accidente” en la puerta.
Aún así, lo peor de todo fue el trato del dueño, en 6 días de estadía, lo vimos 4 veces, aproximadamente 10 minutos cada vez, ya que el hotel estaba completamente desatendido y mayormente estábamos solas, y en cada ocasión el maltrato fue permanente, como si nuestras “exigencias”, WI FI, baño privado, no fueran el servicio contratado, sino “pretensiones” exageradas.
Durante ese tiempo, conseguimos a los dos días que nos ubicaran en la única habitación que tenía baño privado, a partir de allí, fuimos testigos de los pasajeros que fueron pasando por la triste experiencia de los engaños, y mismas quejas, sin WI FI, sin baño privado; la ausencia de personal dejaba muy inseguro al pasajero que ante emergencias se quedaba sin recursos.
Sin teléfonos, ni modo visible de comunicación, si hacía falta algo, no había cómo solucionarlo.
Nos tuvimos que manejar con mensajes, por la falta de papel higiénico y el no cambio de toallas, el deficiente desayuno al que, a pesar de las solicitudes, siempre la faltaba algo, que fue acumulándose en las mesitas, sin limpieza, ya que ante la deficiente atención se termina por soslayar el precario desayuno e intentarlo fuera del hotel.
Esta es la información que el hotelero ofrece en Expedia:
No había WI FI, ni albornoces, el desayuno continental, un chiste.
Tuvimos que dejar mensajes para que se agregara papel higiénico y se cambiaran las toallas. Tetera inexistente, espejo de maquillaje ausente, implementos de afeitar inexistentes, aire acondicionado inexistente.
Limpieza deficiente, el baño lleno de hongos y “elementos” olvidados por otros pasajeros que no eran retirados y permanecieron hasta que nos fuimos de la habitación.
Se lleva todas las palmas el maltrato del hotelero, Claudio.
Nos cobró por servicios que no nos dieron, insistiendo en que la habitación con baño privado interno, era más costosa que la que habíamos contratado, indicando que nos hizo un favor con el precio.
En el día del cambio de habitación no apareció a la hora pactada y ante la insistencia del timbre, atendimos a personas que tenían que ingresar, que tomaron con gracia que una pasajera les franqueara la puerta, ante la ausencia de Claudio.
Con este tipo de situaciones, y ausencia de personal, el arreglo del Check out, cambio de habitaciones y cualquier asunto a tratar con el dueño generaba esperas enojosas y desconfianza, nos hacía perder tiempo en su forma de “administración”, cuando en vez de estar disfrutando de la estadía, la situación se convirtió en tortuosa, adobada con maltratos por parte del dueño.
Es una pena que sitios como Booking, Expedia, Tripadvisor, no tengan suficientemente afinados sus sitios como para que los turistas no caigan en estas trampas.
En algunos casos, si no se observa bien, el puntaje al sitio es cuanto menos extraño, las situaciones que pasamos están en los comentarios, pero no en espacio visible, en realidad, lo que se lee en esos sitios, si no se presta atención, es sobre otros hoteles, en cuando se logra ingresar a los verdaderos comentarios, es cuando se advierte que muchos han pasado por esta nefasta experiencia en el Core de Roma.
Los sitios donde se ofertan las comodidades de hoteles, hacen su parte en el conflicto, pues en el afán de ofrecer opciones, interfieren con sus medios en la claridad de las propuestas. Un ejemplo de ello es la forma en que aparece la oferta de este hotel. Datos que no son verdaderos, e imágenes de una sola de las habitaciones, la única que tiene baño privado, misma imagen con diferentes cuadros o decoración, que lleva a creer que hay más opciones, o que todos los cuartos son así, que se contrata es lo que se ve.
Hay que prestar un poco de atención y leer que los comentarios no son buenos, sin embargo, el puntaje es notablemente más alto que otros sitios que visitamos con la intención de salirnos de esa trampa, pero sin suerte porque no es usual la disponibilidad de 6 días en forma inmediata, pero la búsqueda de otro sitio nos dio la oportunidad de comprobar la diferencia: a horas inusuales, había personal que nos atendió, en todos cuando se indicaba baño privado, se refieren a baño dentro del cuarto, y en todo sentido, la diferencia con el Core de Roma, en el trato fue abismal.
Nos jugó en contra el que estaríamos demasiado tiempo y no encontramos alojamiento alternativo.
Durante la estadía, tuvimos oportunidad de observar que otros pasajeros lograron cambiarse a otras localizaciones.
El vínculo donde pueden leerse los mismos comentarios:
El puntaje de este hotel no coincide con las declaraciones de los pasajeros. Durante nuestra estadía, cambiando de compañeros de alojamiento, en mayor o menor número, los reclamos y quejas sobre el hotelero y sus servicios era permanente y el mismo, incluyendo el trato de Claudio, que hasta el último día, cuando le reclamamos que no podía cobrarnos por servicios que no eran reales, amenazó con la policía y nos espetó: no me importa nada, el precio es el que yo digo. Con ese estilo de palabras, ya se puede notar el trato a que nos sometía cualquiera fuera el intercambio de contenidos.
Lo pagamos, claro, pero espero ojalá que esta experiencia sirva para advertir a futuros pasajeros sobre esta trampa para turistas.
Lamentablemente no me ayudó la luz deficiente del lugar, que tanto en el baño, como en la habitación eran de características penumbrosas.
Siempre he tenido la impresión que cuando hay este tipo de luz insuficiente, en realidad se oculta la poca limpieza, y generalmente, como en esta ocasión, no hubo equivocación.
Estos son algunos de los videos sobre la realidad del lugar. La crisis de inmuebles en Europa ha colocado ideas extravagantes en la cabeza de algunos improvisados. Este es un ejemplo de los efectos que la situación inmobiliaria en Europa ha provocado.
En este video estamos saliendo del hotel, la última mañana que estuvimos en el hotel.
En este video, mostramos el baño. Se alcanza a ver un bote, tipo spray rojo que olvidaron los anteriores pasajeros. Estaba allí cuando nos alojamos, nosotras no lo tocamos creyendo que era un elemento del hotel, pero cuando nos íbamos la persona de limpieza creyó que era nuestro, por ello nos dimos cuenta que era de alguien anterior. En otras palabras, cuando limpiaron el cuarto, no limpiaron el baño como para darse cuenta que había algo que no era del mismo hotel.
En este video de la habitación, como en el baño, se puede ver el tipo de luz, penumbras irregulares. En el techo, un agujero, la pared, no tenía fin, sino que era como un tabique incompleto. La puerta, por la falta de luz no alcanza a verse, es una cortina que tapaba un vidrio, tal como se dice en el video, tanto la luz del pasillo, como la circulación de la gente hacia los baños externos, se veían a través de la cortina. Lo mismo voces y ruidos de los baños, la puerta, una cascarita que no permitía ni siquiera conversaciones. Nosotras escuchábamos las conversaciones de las otras habitaciones, así como veíamos las siluetas pasar hacia el baño y las luces del pasillo que se encendían cada vez que alguien pasaba.
Aquí vemos la puerta de la habitación y el camino hacia el baño por el pasillo. Se puede ver el vidrio de una de las habitaciones, esa es la única con baño privado, a la que nos cambiaron luego de las protestas.
A continuación, vemos la recepción.
El ascensor, era un montacarga. Podemos constatar que no es posible subir en ese espacio con valijas.
He leído un poco el tema. El problema es que a las empresas que alojan estos datos no les importarles si son falsos. Se limitan a sugerir, según el puntaje que le dan los clientes. Tienes que matarlos con el puntaje. El mal trato con los clientes no se justifica en ningún negocio. Suerte con la divulgación.
Contraté por expedia hace un tiempo, cuando quise quejarme me hicieron tantas cuestiones a mi comentario que me cansé... cuando les pones notas malas te hartan con los rechazos y te das por vencido... los sistemas esos no te sirven de mucha ayuda...booking es mejor, en ese sentido, me dijeron...
Qué bestia el tipo...se parece al trato de los hoteleros en París incluso de la gente en París en general el turista no le importa y te maltratan gratuitamente
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