Acaso el lenguaje muta, no siempre en la dirección correcta.
He decidido que la dirección correcta no es la del diccionario o la que propone la Real Academia, sino un sentido superior, un sentido poético. Y no cualquier sentido poético, sino el mío, después de todo qué es una escritora sino alguien que se apropia del lenguaje, y cuando algo es de propiedad de una, una puedo cambiarlo a piacere.
Por eso es que espeto mi propuesta:
Amor: Principio y continuidad, nunca el fin.
Llanto: Cerebro desbordando.
Vida: proceso dispensable.
Luego, me interesó más colocar una definición y ver qué palabra encajaba en ella, porque el lenguaje no es de una sola dirección.
Succión de ideas: es casi la única definición en la que beso y empresas pueden relacionarse.
Por 30 dinares mutó: Internet.
Hay otras tantas propuestas, pero además del lenguaje, inventamos el silencio.
Silencio.